El pan cotidiano – Carolina de Valle – Devocional Infantil

El pan cotidiano

Deuteronomio 8:3pan de cada dia

Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.

– ¡No acertaste! – dijo Paty al agacharse quitándose del camino de la bola de nieve que venía volando – Oye Ana, vamos a montar trineo en la loma grande que hay detrás de tu casa.
– Está bien – dijo Ana de acuerdo.
– Tú pídele permiso a tu mamá y yo voy a averiguar con la mía.
– ¿Nos encontramos ahí en diez minutos?
– Seguro – grito Paty mientras corría hacia su casa. Encontró a su mamá limpiando el refrigerador – Hola, mami – dijo Paty – ¿Puedo ir con Ana a montar trineo?
– Hola cariño – le dijo su mamá sonriendo – Me parece que ir a montar trineo está bien pero, ¿No me dijiste que habías planeado tener tu tiempo de reflexión con el Señor después de la escuela?
– Bueno, si… pero lo puedo pasar por alto y ponerme al día al final de la semana – contesto Paty, al tiempo que olfateo el aire – ¿Qué hay de comer para esta noche?
– Le dije al comité de visitación de enfermos de la Iglesia que le prepararía una comida esta noche para la señora Moran. Eso me va a tener muy ocupada. ¿Te molestaría si pasamos por alto la comida de esta noche? Si pudiéramos comer solo unas pocas veces en la semana, eso me ahorraría mucho tiempo. O quizás puedo preparar una comida especial los domingos en vez de comer todos los días.
– ¡Pero tienes que estar bromeando! – dijo Paty mirando a su mamá con asombro, de repente supo lo que su mamá estaba diciendo en realidad – ¡Oh mamá! Entiendo tu punto. Si no tengo mi tiempo de silencio con Dios cada día, es como no comer espiritualmente ¿Verdad?
– Eso es correcto, Paty – dijo su mamá asintiendo con la cabezas – Cuando nos alimentamos de la palabra de Dios, es cuando cresemos espiritualmente. Necesitamos alimento espiritual todos los días.
– Bueno, me imagino que si tengo mi tiempo de silencio ahora, todavía tendré tiempo de jugar afuera también – decidió Paty – Voy a llamar a Ana para decirle que me encontrare con ella en media hora. Oh, y mamá… ¿Puedo invitarla a cenar esta noche? Eh… tú si vas a preparar comida, ¿Verdad?
– Si – dijo su mamá riendo.

Recuerda:

Pasa tiempo leyendo la palabra de Dios todos los días para que crezcas espiritualmente.

Autor: Carolina de Valle

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