La bella manzana

1 Samuel 16:7

“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.

Aarón se despertó temprano, se vistió con rapidez y bajo corriendo a comer el desayuno. Este era el día que esperaba, su familia planeaba un viaje a la feria.
Cuando al fin llegaron allá, Aarón fue a mirar a todos los caballos, vacas, y otros animales de exhibición. Monto él un hermoso caballo; tiro dardos a los globos y gano un premio. Esa tarde, mientras él y su familia caminaban toda la feria, busco un lugar donde comprar la mejor y más grande manzana acaramelada, le dijo a la señora.

– ¿Puedo escoger una grande?
– Seguro – respondió – Escoge.

Con cuidado Aarón examino las manzanas que se exhibían. Encontró una llena de nueces y caramelo, y pidió una caja para llevársela a casa.
Más tarde aquella noche, Aarón se acomodo para leer un libro y comer su manzana muy preciada, le dio un mordisco grande.

– Oh ¡puaj! – se quejo al mirar la manzana y corrió a la cocina a buscar una servilleta.
– Aarón, ¿Qué pasa? – pregunto el papá.
– Esta era la manzana acaramelada más grande y hermosa en toda la feria, pero cuando la mordí encontré un agujero de gusano – dijo Aarón protestando – También esta suave y blanda por dentro – miro con tristeza la manzana – Era una manzana muy bonita pero no sirve – añadió.
– Lo que hay dentro es lo que cuenta ¿Verdad? Eso es lo que también Dios dice en cuanto a las personas.
– ¿Las personas? – Aarón miro a su papá con una mirada de asombro.
– Así es – dijo el papá – Podemos estar limpios y ordenados, hasta podemos actuar bien, pero Dios mira el corazón. El conoce nuestros pensamientos y sentimientos más secretos. Es importante mantenernos limpios por dentro.

Recuerda:

Procura mantener limpio tu corazón

Autor: Carolina de Valle

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