La lista de pedidos

1 Crónicas 16:29

“Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrenda, y venid delante de él; Postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad.”

Un sábado en la noche Esteban pregunto:

– ¿Puedo a la iglesia mañana? Quiero ver el gran juego por la televisión.
– No – dijo el papá con firmeza – Adorar a Dios es más importante que cualquier juego de futbol.
– Pero ya fuimos a la Iglesia una vez – se quejo Esteban. ¿Dónde dice en la Biblia que hay que ir dos veces?
– Esa es una pregunta valida – dijo el papá – Pero quizás sea difícil entender la respuesta. Como tú sabes, la Biblia dice que los creyentes deben congregarse lo más a menudo posible, aun todos los días. pero Dios no nos dio el tiempo exacto que debemos emplear en adoración, sea en la Iglesia o a solas.
– ¿Por qué no? – pregunto Esteban – Si es tan importante, ¿Por qué no lo escribió?
– Quizás porque Él quiere que le sirvamos por amor, no solo por obligación – sugirió el papá.

Aun quejándose a la mañana siguiente, Esteban se preparo para la Iglesia. Cuando regreso el papá le dio un pedazo de papel.

– Mientras te vestías escribí algo para ti – le dijo.
Esteban lo leyó en alta voz.
– Loción, zapatos, reloj, gorra, camisa,… – alzo la mirada – Hay veinte cosas en esta lista – dijo – ¿Para qué es?
– Es mi lista de regalos. Quiero que e compres esas cosas – explico el papá – Cómprame la primera cosa para mi cumpleaños, la próxima para el día de los padres, la próxima en navidad, y así sucesivamente.
– Pero ¡papá! – Esteban frunció el ceño – Si te compro algo porque me dices que lo haga, no va a ser como regalo.
– Eso es verdad – acepto el papá – Quizás ahora entiendas lo que trataba de decirte anoche sobre porque Dios no nos ha dicho con exactitud cuándo, dónde y cómo adorarlo. Si lo hubiera hecho, nuestra adoración seria quizás más por deber que por amor – se rió – ¿Tú crees que en realidad yo quisiera que tú me compraras un regalo tan solo porque te dije que lo hicieras?
– No – respondió Esteban – Y comprendo lo que quieres decir, papá – entonces sonrió – Me alegra no tener que seguir esta lista, pero la guardaré. Quizás necesite ideas en el futuro.

Recuerda:

Dios es maravilloso y ha hecho tanto por ti. Adórale por amor y no por deber.

Autor: Carolina de Valle

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