Los dos espejos – Carolina de Valle – Devocional Infantil

Los dos espejos

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“Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”.

– No olvides de lavarte la cara y peinarte – le dijo su mamá cuando Joel se levanto de la mesa después de desayunar – Tienes mermelada en la mejilla, y el cabello como si te acabaras de levantar.
– Está bien – respondió Joel.

Al llegar a su cuarto se miro en el espejo de la cómoda y vio que su mamá tenía toda la razón. Sin embargo, cuando al final encontró sus libros ya había olvidado cómo se veía y salió de la casa con la cara sucia y despeinado. Cuando regreso del colegio, encontró a su hermana Carla hablando con su mamá en la cocina.

– Tenias que haber visto a Joel en el colegio esta mañana – le dijo Carla a su mamá – Estaba hecho un desastre, con la cara sucia y no creo que se hubiera peinado. Mis amigas se rieron de él y le llamaron Joel el desordenado. ¡Qué vergüenza la que sentí! – le hizo una mueca a Joel.
– Bueno después del receso fui y me lave la cara – dijo Joel en su defensa – También me peine – noto como su mamá fruncía el ceño – Yo me mire en el espejo antes de irme al colegio pero se me olvido – les confeso – De ahora en adelante me asegurare de estar limpio y peinado tan pronto me dé cuenta que lo necesito.

Esa noche, durante el devocional familiar, el padre anuncio:

– Es hora de hacer una evaluación. Hemos estado hablando esta semana sobre la importancia de leer la Biblia y hacer oraciones a diario en nuestra vida, y todos estuvimos de acuerdo en que los versículos que leímos nos hicieron admitir que necesitamos ser más fieles en esas áreas. Así que, Joel, ¿Cómo te ha ido con tu devocional personal de cada día?

Joel se sonrojo.

– Aun se me olvida hacerlo la mayoría de las veces – admitió.
– La Biblia es como un espejo – dijo la mamá – Nos revela nuestros pecados y defectos. Sin embargo, no solo debemos ver cuáles son estos, si no que tenemos que hacer algo por cambiarlos. Así como debiste haberte lavado la cara y peinado de inmediato después de haberte visto en el espejo esta mañana.
– Así es – dijo el papá – No solo debemos escuchar la palabra de Dios, sino también practicarla.

Recuerda:

Mírate en el espejo de la palabra de Dios cada día. Es la forma de ver si estas complaciendo a Dios. Cuando veas cosas en tu vida que necesitan ser cambiadas, hazlo de inmediato, antes que se te olviden que cosas eran.

Autor: Carolina de Valle

www.devocionalinfantil.com

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