Música para los oídos de Dios.

Salmo 147:7

“Cantad a Jehová con alabanza, cantad con arpa a nuestro Dios”.

– En realidad me gusta la música – dijo Sandra sacudiendo la cabeza con los auriculares puestos.
– ¡A mí también! – grito el papá, esperando que pudiera oírle.
– ¿Qué dijiste? – pregunto Sandra quitándose los auriculares.
– Que a mí también – repitió el papá.
– Y a mi – dijo Julio el hermano de Sandra, que acababa de entrar.
– ¿Sabes de dónde vino la música? – pregunto el papá.
– No – respondió Sandra.
– Bueno, hay una antigua leyenda judía que dice que después que Dios creó el mundo llamó a los ángeles y les pregunto qué pensaban de su obra. Uno dijo: “falta algo… no hay sonido de alabanza a Ti”. Entonces Dios creó la música. Se oía en el susurro del viento y en el canto de las aves. Entonces un día se preguntaron si tendrían música propia dentro de sus corazones, ya que cada pájaro tenía un tipo de música diferente. Abrieron la boca y comenzaron a cantar.
– Qué bueno – dijo Julio.
– Y luego – siguió el papá – La Biblia dice que en los tiempos del Génesis, alguien llamado Juba era el padre de todos los músicos que tocaban el arpa y la flauta. Así que inventaron instrumentos musicales para acompañar las canciones.

Entonces el papá presento un desafío.

– Como está lloviendo no podrán salir, ¿Creen que serán lo suficientemente creativos como para inventar un instrumento nuevo con las cosas que hay en la casa y podrán usarlo con una nueva canción creada por ustedes?

Recuerda:

“Todo lo que respira alabe a Jehová” (Salmo 150:6)

Autor: Carolina de Valle

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