Repetición automática – Carolina de Valle – Devocional Infantil

Repetición automática

Hageo 1:7

“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos”.repeticion

Bruno y su papá gritaban fuerte al televisor durante un partido de futbol. El padre ondeaba los brazos como si los jugadores pudieran verlo. Fue inútil. El jugador al que estaban animando hizo un mal pase.

– Qué actuación más floja – grito Bruno disgustado – Ni siquiera vio a quien tenía detrás.
– No – dijo el padre – después que vea la repetición de esa jugada, no volverá a cometer el mismo error.

Cuando termino el juego, la mamá tenia lista la cena.

– ¿Cómo es que a Gloria le dan un emparedado de pavo y al resto de nosotros perros calientes? – pregunto Bruno, mirando el plato de su hermana mientras llegaba a la mesa. Arreglo la silla con brusquedad y se sentó a la mesa – Tu lo que eres es una niña mimada – le dijo a su hermana.

Ella empezó a hablar pero Bruno no escuchaba, tumbo su vaso de leche y continuo refunfuñando y quejándose.

– Hijo, quiero vaya a tu cuarto y pienses en lo que acabas de hacer – le ordeno su papá – Piensa en tus palabras y tus acciones. Para nosotros no fueron agradables y de cierto, tampoco lo fueron para Dios. Cuando estés listo para disculparte, puedes regresar a la mesa.

Bruno se fue con hambre y con rabia dando pisotones. Se desplomo en su cama y se puso a pensar. En su mente, repitió lo que había pasado. Sabía que había armado un lío y que había lastimado los sentimientos de su hermana. Luego pensó en algo más, recordó que Gloria había estado enferma cuando habían comieron pavo en la cena el día anterior. Por eso es que ahora estaba comiendo pavo.

– Qué actuación más floja – se dijo Bruno a sí mismo.

Le pidió perdón a Dios. Y luego fue a disculparse con su familia. Mientras volvía a la mesa, Bruno les decía lo apenado que estaba. Luego miro a su padre y le dijo:

– A lo mejo si veo las repeticiones de mis acciones más a menudo, no volveré a cometer los mismos errores.

Recuerda:

Repite tus errores cada día en tu mente para que no los sigas cometiendo. Pídele a Dios que te ayude con eso.

Autor: Carolina de Valle

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