Ser hacedores de la palabra – Carolina de Valle – Devocional Infantil

Ser hacedores de la palabra

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“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.”

– ¿Papá, a qué horas pusiste la cena en el horno? – le pregunto Marcos mientras entraba en la sala – Estoy listo para comer. Tal parece que hemos estado esperando un largo tiempo para que se haga esa lasaña congelada.

El papá levanto la cabeza del periódico.

– El paquete dice que necesita cocinarse de cincuenta y cinco a sesenta minutos – le respondió – Ya casi hace una hora.
– Pero ni siquiera huelo que se esté cocinando – observo Marcos.
– ¡Oh no! – exclamo el papá mientras daba un brinco y corría hacia la cocina – Leí las instrucciones y lo puse en el horno, pero nunca encendí el horno. Tal parece que la cena se llevara otra hora.
– Pero me muero de hambre – se quejo Marcos.
– Y yo lo siento – se excuso el papá – Comamos una manzana para aliviar esos dolores del hambre.

El y Marcos escogieron una manzana roja y brillosa para cada uno.

– Este error me recuerda a lo que el pastor Tom nos estuvo enseñando el domingo pasado – comento el papá – ¿Recuerdas su mensaje? Él nos hablo sobre cuán a menudo tomamos a palabra de Dios, pero no la activamos en nuestras vidas.
– ¿Igual que cuando pusiste la lasaña en el horno, pero no lo activaste? – pregunto Marcos
– En muchas ocasiones durante la escuela dominical o en la Iglesia o en nuestro propio tiempo devocional, recibimos las verdades sobre cómo vivir como cristianos. Incluso nos memorizamos versos clave, pero luego se nos olvida activar las lecciones y ponerlas en práctica en nuestras vidas. El material solo queda ahí sentado, frio.
– Como nuestra lasaña – dijo Marcos.
– Y cuando esta puesto allí, frio, nos metemos en situaciones donde necesitamos actuar sobre ciertos principios, pero nos damos cuenta, que se nos ha olvidado – continuo diciendo el papá – Luego nos quedamos.
– Hambrientos – termino Marcos.
– Y sin perdón – añadió el papá – Y sin bondad, y siendo acusados.
– Está bien, papá – le dijo Marcos sonriendo – Estas perdonado, y yo tratare de activar las lecciones que he aprendido.

Recuerda:

Asegurara de activar todas las lecciones que has aprendido de la palabra de Dios en tu vida, para que estés listo para hacer su voluntad diariamente, cuando lo necesites.

Autor: Carolina de Valle

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