Un secreto de culpabilidad – Carolina de Valle – Devocional Infantil

Un secreto de culpabilidad

Gálatas 6:2un_secreto[1]

“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.

Pablo di un suspiro de alivio al contestar la última pregunta del examen. Pensaba que le había ido bien y estaba contento que valió la pena haber estudiado. De repente, notó un movimiento en la fila de al lado. Su amigo José estaba sacando un papelito y termino el examen y se lo entrego al profesor Bayona. A pablo se le cayó el alma a los pies.

– ¡No puede ser! – pensó – José hiso trampa.

Toda la tarde Pablo pasó preguntándose que había de hacer. ¿Debería e hablar con el profesor Bayona? ¿Acusar a José? ¿Olvidarse de lo que vio? Más tarde de regreso a casa todavía estaba confundido. Sintió el viento frio del otoño y miro hacia arriba cuando escucho el sonido peculiar de los gansos que volaban hacia el sur a pasar allí el invierno.

Recordó entonces lo que el señor Cabrera, su maestro de escuela dominical le había dicho la semana pasada; que el graznido de los gansos parece animar a aquellos que se quedan atrás o que se alejan del grupo. Pablo había escuchado también que los gansos ocupaban turnos para tomar el liderazgo y que se ayudaban los unos a los otros para permanecer fuertes y unidos en el largo viaje.

El señor cabrera dijo que los cristianos necesitamos ayudarnos entre sí de igual forma. De repente, Pablo supo qué hacer. Camino hacia la casa de José y al llegar, tocó la puerta, José abrió.

– Hola José – dijo Pablo – Necesito hablar contigo, yo vi lo que paso hoy durante el examen.
– No sé qué fue lo que me paso – murmuro José, se veía desdichado – Nunca antes había hecho trampa. Me siento muy mal por esto. ¡Es que para mí la matemática es muy difícil!
– ¿Qué vas a hacer? – le pregunto Pablo mirándolo con compasión.
– Imagino que tendré que decirle al señor Bayona lo que pasó y decir lo que siento – respondió José.
– Yo voy contigo si tu quieres – ofreció Pablo – A lo mejor, el te deja volver a presentar el examen. Yo te ayudare a estudiar. A lo mejor, pasas el examen por lo que entendiste y no porque hiciste trampa.

Lentamente, José asintió con la cabeza.

Recuerda:

Ayuda a los demás a obrar bien

Autor: Carolina de Valle

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