Mala idea

2 Timoteo 3:14

Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido

Marcela pensó que ese día en la escuela no terminaría nunca. Había recibido una invitación para ir a casa de Sara con un grupo de niños para escuchar música. Sara tenía una colección de discos compactos genial.

Al fin sonó el timbre. Marcela y los demás fueron en sus bicicletas a casa de Sara. Cada uno eligió su soda favorita del refrigerador y se echaron en lo sillones sobre los cojines. La música elegida por Sara era perfecta y todos estaban pensando en un buen momento.

Entonces Sara corrió escaleras arriba y volvió con algo escondido tras la espalda.

– ¿alguien quiere probar algo de esto? – pregunto, mostrando una botella de vino
– ¡Sara! ¡tu mamá te va a matar! – grito uno de los niños
– Todavía no llega a casa – dijo Sara – llamo y dijo que tardaría un poco mas
– Igual, no podemos tomar eso – dijo Marcela
– ¿y por qué no? – quiso saber Sara
– Porque somos niños. Es ilegal, nos hará mal y porque nuestros padres nos han dicho que no debemos hacerlo
– Nuestros padres nunca lo sabrían – dijo Sara
– Claro que si – dijo una niña – mi mamá siempre sabe cuando hice algo malo
– Son todos unos aburridos – dijo Sara enojada
– ¿Qué hay de divertido en romper las reglas, enfermarte y que te atrapen o castiguen? – pregunto Marcela
– Tiene razón – dijo otro niño – hacer a propósito algo que te meterá en problemas no es ser inteligente. Y como dice mi papi, no está criando hijos necios
– Bueno está bien – dijo Sara – quizás tengan razón. Tampoco a mí me gusta que me griten

Recuerda:

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía (2 Timoteo 1:7)
Defiende aquello en lo que crees. No importa que otros te inciten al mal, decir no al pecado no es cobardía, es saber seguir la voluntad de Dios para nosotros y un día Él nos premiara por hacer lo que a Él le agrada

Autor: Carolina de Valle

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